El aeropuerto de Lisboa es uno de los aeropuertos de Europa donde se verificó un mayor crecimiento del tráfico en los últimos 5 años. En 2017 se estimó un valor promedio anual de pasajeros del orden de los 27 millones, con cerca de 204.000 movimientos anuales.

El principal objetivo de esta intervención fue dotar a las actuales pistas de aterrizaje (zonas resistentes) de mejores características de resistencia mecánica al tráfico actual y principalmente al paso de la aeronave crítica, en este caso del Boing 777, de modo que el Pavement Classification Number (PCN) esté en conformidad con el Aircraft Classification Number (ACN). 

Esta obra de rehabilitación y mejora de las pistas de aterrizaje, abarcó las especialidades de Pavimentación, Drenaje y Señalización Diurna y Luminosa (nocturna). Todas estas especialidades fueron ejecutadas en una ventana de trabajo de 5 horas nocturnas (00:00 a las 06:00), de manera que antes de las 06:00 de la mañana tenían que ser restituidas todas las condiciones de seguridad aeroportuaria.

En el ámbito de los pavimentos, existían varias patologías, en particular deformaciones / abatimientos en la capa de desgaste existente y en la estructura de la zona resistente de las pistas. Como tal, fue necesario propugnar diferentes tipos de rehabilitación para los pavimentos, para dar respuesta a las diferentes patologías detectadas. 

La malla de fibra de carbono, S&P Carbophalt^® G, fue introducida en la rehabilitación superficial, que consistió en los siguientes trabajos:

Después del fresado de 0,055 m de la capa de rodadura existente, se efectuó la limpieza del pavimento con aire comprimido y la escoba de las mini cargadoras. Se continuó con la aplicación de la emulsión bituminosa catiónica C60BP4TER de rotura rápida, con una tasa de 400 g/m², y tras la rotura de la misma, el equipo de S&P aplicó la malla de refuerzo de fibra de carbono S&P Carbophalt® G por termo fusión. La malla, después de colocada en el equipo, fue desenrrollada sobre el pavimento (con una superposición longitudinal mínima de 2 cm y transversal de 15 cm), pasando secuencialmente por una llama de quema para ablandar el betún polimérico que recubre la malla, y por una batería de rodillos prensa que promovieron la compactación y el ajuste de la malla a la superficie del pavimento existente.

Después de la aplicación de la malla, se aplicó la capa final de SMA 11 surf PMB 45 / 80-65 (con fibras celulósicas), en un espesor de 0,045 m.

El servicio de calidad de S&P fue puesto en marcha una vez más. Desde el desempeño de la logística, a la experiencia del equipo de aplicación, podemos actuar de forma rápida y eficiente, respetando todos los condicionantes y exigencias propias de las obras de esta naturaleza.